donde toda mi estupidez y mis patologías cobran vida.

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12 abril 2012

300, banda.







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08 abril 2012

Pascuassi.

¡Mía!


¿Ven? qué pinche bonito que mi apellido quede con todo.

Hoy es Pascua, o algo, y como todos ustedes, sé perfectamente de qué se trata y por qué la celebramos.

Cuenta la leyenda, o “Biblia” como algunos le dicen, que esta tradición inició cuando Jesús llegó ahogado después de una noche de excesos y convertir toda jarra de agua que vio en Jäger. Pasó por varias últimas cenas, algunas despedidas de soltera y al otro día se encontró crudísimo, sin chilaquiles y sin las llaves de su coche. Tras buscarlas por todos lados (debajo de la mesa, junto a su bio shaker y en una pila de paja) se rindió y mandó un mensaje masivo que decía “Warup, herejes. Oigan, ¿alguien sabe dónde carajos dejé las llaves de mi coche?” Sí, Jesús puede decir groserías, ES JESÚS. Tras varias respuestas de “¿Quién eres?” “Creo que las dejaste colgadas en la cruz, jajaja” y otros chistes de muy mal gusto que por respeto no repetiré, su amigo DJ Kiss and Tell (Judas) le recordó que en una de las muchas fiestas en las que paró, estuvo echando mucho desmadre con una botarga de conejo gigante. Bailaron, el conejo se metió unas tachas, JC no quiso porque ya era tarde y estaba algo pasado, y el conejo lo vio en muy mal estado por lo que le quitó las llaves y le dio un aventón a su casa. Al saber esto, Chucho averiguó dónde vivía nuestro peludín amigo y le cayó a su depa. Llegó, se presentó, el conejo seguía algo trabado pero le dijo que sí, que tenía sus llaves, sólo que no se acordaba dónde las había dejado, porque el conejo escondía sus drogas en pequeños huevitos (el conejo también era dealer) y había metido las llaves en uno de ellos. Así que buscaron dentro de todos, menos en el que traía escondido en el ano con motivo de su próximo viaje a Honduras, hasta que finalmente las encontraron. Chocaron puños, se fueron a echar unos Clamatos y nació la bella tradición de buscar huevos pintados en el jardín.

Entonces, después de esta muy breve clase de historia, vengo a hacer lo siguiente: cambiar por completo la Pascua. ¿Mi motivo? Que es algo que dejó de ser divertido cuando cumplí 7 años, y considero que todo humano, sin importar edad, raza, nivel socioeconómico o cantidad de barros en el cuello (me acaba de salir uno del tamaño de Snooki) debe disfrutar de esta bellísima tradición por siempre. Entonces, para el próximo año, o si todavía tienen chance esta semana, porque nos valen pito las fechas, acá las nuevas reglas de su Pascua.

1. Esconder más que huevos, o cosas dentro de los huevos.

Sí, a huevo tendrá que haber huevos, huevones, o por lo menos meter otras cosas a los huevos.

Mujeres, llévense a un güey a su casa la noche anterior, convénzanlo de coger sin condón y dénselo. En la mañana, díganle que la píldora del día siguiente está en uno de los huevos que escondieron en algún lugar del Parque Hundido y que si no quiere hacerse responsable de ese bultito de amor, se ponga a buscarlo.

Hombres, hagan lo mismo pero díganles que lo que está escondido es un anillo de matrimonio.

Si tienen amigos gordos, díganles que todo el jardín es comestible y se tienen que tragar todo el pasto, que es una cosecha especial y sabe a hot cakes, para encontrar los huevos, que también son comestibles.

Si no se están llevando muy bien con su hermana, escóndanle a sus hijos. Si no tienen los huevos, escóndanle a su perro.

Si na más quieren joder, escondan berenjenas en vez de huevos y obliguen a los niños a que se las coman.

Si me quieren mucho, escondan mujeres guapas y de busto prominente diciéndome que cada una tiene la pista para encontrar mis huevos llenos de hamburguesas o pizza o hamburguesas de pizza, y me darán esa pizza, digo pista, por cada orgasmo que les dé... nunca las voy a encontrar :(

Opcional: Esconder a un enano disfrazado de mono volador de El Mago de Oz para que salte de un árbol y se empiece bombear a los que andan buscando huevitos.

2. Cambiar al Conejo por otra cosa.


El Conejo de Pascua ya fue, he aquí opciones más juveniles e irreverentes para la chaviza y su vacilón.

  • Putas de Pascua
  • Easter Estúpidos
  • El Delfín Deprimido

"Denme Prozac, iiii iiii"

  • Un gordo en leggings
  • Glen Rice
  • El Hipster Gilipollas
  • El Huevostión (es mutante)
  • Un bote gigante de Nutella. Sería como el de Kool-Aid, pero negro
  • Moe
  • Los del Río
  • Un judicial buen pedo
  • Una gallina tatuada como marinero
  • Un Border Collie
  • Una botarga de una botarga
  • Chabelo disfrazado de Jesús (tienen la misma edad)


3. Castigar en vez de premiar.

Gran parte del mundo se encuentra en constante peligro porque hay chingos de minas que nunca explotaron ahí, latentes, listas para matar a cualquier persona que las pise sin querer. Algunos pueden ver esto como advertencia o razón para empezar una ONG, yo lo veo como una inspiración.

No todos los huevos tienen que ser buenos. No todos tienen que tener premios o dulces, sean ojetes. ¿Por qué no? La vida lo ha sido con ustedes, desquítense un poco con los seres que más los aman.

Escondan huevos, podridos.

Pinten granadas como huevos con un letrero junto al seguro que diga “¡Quítame para desatar la diversión de Pascua!”.

Hagan una cena con todos sus familiares y amigos. Al final, díganles que sin saberlo, todos se comieron el huevo de Pascua de alguien más. Así que tendrán que buscarlos en un cuarto de rayos x y eventualmente extraerlos cagando o con algún juego tipo Saw. Eso ya depende de su perversión.

Escondan los mejores dulces del mundo: chocolates belgas, Toblerones, miel, gomitas, etc., y pongan a puros diabéticos a buscarlos.

Llenen todos los huevos con una nota de “Bienvenido al club del SIDA”.

En un orfanato, pongan a todos los niños a buscar y 6 días después confiesen que nunca escondieron los huevos y que sus papás jamás volverán por ellos.

Filmen las reacciones de niños que encuentran fotos de sus papás cogiendo dentro de los huevos.

O simplemente pongan castigos como si fuera botella: “Tienes que besar a David”, “Di todo cantando como si estuvieras en un musical”, “Ve al stand up de Zanassi”, etc.

Y todas las demás opciones que sus malvadas mentes les den.

4. Huevos sexuales.

Acéptenlo, hay chingos de cosas que quieren hacerle a su pareja o que ésta les haga que les da pena pedirle. Entonces, conviertan la experiencia de Pascua en una festividad de Kamasutra.

Escondan mensajes en los huevos y que estos sirvan como vales. “Vale por una mamada mientras veo a los Lakers” “Vale porque le atines a mi nombre cuando cogemos” “Vale por un Cleveland Steamer”, etc.

No sé, si siempre se han querido coger a la prima de su novia, pónganla a buscar huevos mientras se cogen a la prima.

Un huevito que diga “sólo te quiero cucharear”.

Que todos los huevos sean de esos huevitos vibradores que te metes en el ano.

Ooooo, Maaarge.


Una invitación para armar una orgía de botargas peludas en la noche, como ese capítulo de CSI que si no vieron no les voy a contar.

No hay límites, señores. ¿Les da pena decirlo? Díganlo con un huevo de Pascua.

5. Guerra de huevos.

Esto es fácil, si les da hueva la búsqueda, organicen una masacre de proporciones épicas. Hagan dos equipos, separense por colores o motivos religiosos; Equipo Jesús Vs. Equipo Federer o yo qué sé. Dense 20 minutos para encontrar todos los huevos que puedan y empiecen a agarrarse a huevazos como si la próxima película de Christopher Nolan dependiera de ello.

Obviamente los huevos serán su munición y si tienen algo de inteligencia los habrán llenado de Adamantium, hielo o ácido sulfúrico. Los niños valen el doble de puntos.


Ahí lo tienen. Son sólo unos pequeños cambios que pueden convertir esta tradición milenaria en… otra tradición milenaria... seh.

Si todo esto les da miedo o pena, na más métanse un ácido antes de buscar los huevos y calculo que la pasarán igual de bien.



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