Una mujer recibe un mensaje en Whatsapp de un número desconocido que dice "Hola.". Al principio no sabe qué hacer. Empezar una plática con alguien que no conoce va en contra de todo lo que le han enseñado. Aún así, algo la intriga, algo la hace pensar que debe contestar ese mensaje. Pero ella es precavida, así que no se entrega a la situación, primero se pone a pensar quién puede ser. Repasa las últimas veces que salió con sus amigas en las que alguien le pidió su teléfono y para su sorpresa se da cuenta que no ha salido en meses. ¿Alguien del trabajo, tal vez? ¿Número equivocado? La vida es muy corta para este tipo de autointerrogatorios así que hace lo que todos haríamos: contestar.
Ella - Hola.
X - ¿Como estas?
Ella - Bien, quién eres?
X - Gabriel.
Ella - Qué Gabriel?
Gabriel - Jajajaja.
Ella - Que?
Gabriel - Te compré unas Madalenas y unos Camel Light porque sé que son tus favoritos.
Ella - escribiendo... escribiendo... escribiendo... escribiendo...
Gabriel - ¿Cuando te puedo ver para dártelos?
Ella (asustada) - Perdón pero ya no quiero platicar contigo, no te conozco y no sé cómo conseguiste mi teléfono.
Gabriel - Sí me conoces, he estado a menos de un paso de distancia todas las mañanas desde hace varios meses.
Ella - Por favor ya no me mandes nada.
Gabriel - Todos los días amanezco y lo primero que hago es pensar en lo bien que huele tu pelo. Hasta los días que vienes del gimnasio.
Ella - ...
Gabriel - No tengas miedo, no te voy a hacer nada. Sólo quiero darte tus Madalenas y tus cigarros.
Ella - Es una broma? Eres tú Jorge?
Gabriel - No, soy yo, Gabriel.
Ella - Ya déjame! No te conozco maldito acosador!
Gabriel - No soy un acosador, sólo pongo atención a los detalles.
Ella - Por favor, deja de molestarme o por lo menos dime quién te dio mi teléfono.
Gabriel - Nadie me lo dio, lo memoricé cuando te escuché hacer una recarga en el Oxxo.
¡CHAN CHAN CHAAAAAAAAAAAAAN!
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21 marzo 2014
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