Post navideño depresivo.

De todas las personas que están en este centro comercial comprando cosas para esta Navidad, hay un chingo que le van a dar el regalo equivocado a alguien. Muchísimas personas van a estar 100% seguras de estar comprando lo mejor que le pudo pasar a otra persona y en realidad ese regalo será cambiado por algo totalmente distinto o acabará arrumbado en la esquina del clóset.  Hay cientos de personas, solo en este centro comercial, que le darán un regalo a alguien que les está pintando el cuerno. Hay otros cientos que darán un regalo exageradísimo para evitar que siga creciendo la sospecha de que están siendo infieles y justo ese regalo será la evidencia que el otro necesitaba. Es más, hay cientos de personas que le darán un regalo a alguien con quien su pareja les está siendo infiel. Otros cientos están comprando el último regalo para esa persona especial porque no saben que en cuanto empiece el 2017 los van a dejar por otro, otra o por nada.  Algún regalo causará que el niño que lo reciba se lesione gravemente. Muchísimas personas le están comprando los mejores regalos a un hijo que no saben que no es suyo mientras otros no le van a dar nada al que sí lo es. La cantidad de tallas equivocadas que se regalarán será algo estúpido. Cientos de personas le están comprando algo de la verga a alguien que odian para seguir con una batalla pasiva agresiva que durará toda la vida. Otros cientos no saben que su regalo va a causar que un niño pierda toda la fe en la Navidad y cientos más no saben ese regalo se perderá en la mudanza después del divorcio. Aquí hay regalos que jamás se van a abrir, juguetes que jamás serán usados, pilas que nunca abandonarán su empaque, balones que nunca romperán una ventana, zapatos que no se van a desgastar, muñecas cuya ropa nunca va a cambiar y etiquetas que jamás se van a quitar. Miles de regalos están siendo comprados y nunca llegarán a su destino ya sea por tráfico, vuelos cancelados, accidentes, enfermedad o muerte. Sí, hay gente que jamás podrá dar ese regalo porque la muerte no descansa en Navidad y tanto el que lo da como el que lo va a recibir puede ver su último amanecer el 24 y no el 25. Es más, hay regalos que ni siquiera serán envueltos por algún imprevisto o tragedia. Regalos que solo servirán como recordatorios constantes de peores tiempos, que causarán rupturas eternas entre hermanos porque uno está más chingón que el otro y regalos que nos harán darnos cuenta que no conocemos ni tantito a esa persona que creíamos conocer como la palma de nuestra mano o que aquella persona con la que llevamos viviendo 15 años no sabe nada de nosotros. 

Y todo esto, solo en el centro comercial donde estoy. 

Feliz Navidad, amigos.



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¿Y si pasamos un día sin quejarnos?

Lo entiendo. 

Vivimos en un mundo de mierda.

Me queda clarísimo.

Donald Trump es presidente de los Estados Unidos. La situación económica en el país está jodida. Nuestro presidente deja mucho que desear. Nuestro jefe de gobierno es un inepto que se ha encargado de mandarnos 7 años para atrás. Dos de las personas más admiradas en el planeta son un loco que no puede dar un concierto sin dejar de cantar y quejarse de lo que sea durante 15 minutos para después cancelar el evento a la media hora de empezado y su esposa es alguien que se hizo famosa por un reality donde la veíamos hacer absolutamente nada. La inseguridad está de la verga, todo está más caro, los trailers de las películas nos cuentan todo antes de que las veamos, el tráfico es un infierno, los humanos somos basura y no podemos poner a otra persona antes que nosotros, las mujeres la tienen de la chingada, la comunidad LGBTTTI también, nos ofende más que dos hombres se casen, que dos mujeres intenten adoptar un niño o que una mujer no responda al acoso sexual con una sonrisa y una invitación para coger que el que un miembro de la iglesia abuse sexualmente de cientos de niños.  Sí, amigos, el mundo está de la mierda, y como si fuera poco, después de dos años de entrenamiento, mi perro otra vez se está haciendo pipí dentro de la casa.

Eso fue solo un poco de todo lo que está jodido con la vida. Repito, lo entiendo, todo está mal y quejarnos funciona como escape. Funciona como abrir un poquito esa olla express (saludos a las señoras) antes de que explote pero ya está perdiendo todo sentido si es lo único que hacemos.  Las redes sociales son una herramienta maravillosa que no solo sirve para enviar y recibir nudes sino para expresar todos nuestros puntos de vista.  El problema es que todos esos puntos de vista ya son quejas que van desde un “Casi me matan” hasta un “Nunca vengan a este Café porque tiene luz automática en el baño y es súper molesto eso”, no chinguen.  

Este post no es una invitación a que sean activistas, no es un “No digas y haz”, no, es solo un hagan lo posible por ser felices un puto día.  Tampoco voy en contra de la libertad de expresión, no intento que dejen de quejarse, al contrario, siempre que no estén de acuerdo con algo, díganlo, online u offline, pero vuelvo a lo mismo, intenten no quejarse un solo día. No es fácil, y entiendo la contradicción de que esto sea escrito por alguien cuyo trabajo es quejarse. El escenario es mi terapia, puedo subir y mentar madres de todo mientras intento hacerlos reír y creo que todo mejora un poquito después de eso. A menos que les cague mi show, ahí sí nada que hacer. Pero vaya, entiendo lo estúpido de decir "No se quejen" y luego invitarlos a ver cómo me quejo.  Dejando esa incoherencia a un lado, lo que les pido es lo siguiente, intenten llevar un día sin mentar madres de TODO.  La próxima vez que se despierten y no quieran ir a trabajar, piensen si vale la pena publicarlo en todas su redes.  ¿Les tocó tráfico? Sí, también a otros 70 millones de mexicanos, ¿qué van a lograr subiendo la foto del Periférico parado? La hemos visto más veces que a nuestros padres.  ¿El cliente es un imbécil? Todos lo son, respiren profundo y saquen la chamba, no necesitan likes para eso. ¿La comida estuvo horrible? Pasa. ¿No les dio tiempo de comer? Mames, qué rico van a cenar. ¿El de junto decidió calentar un tupper de atún y comérselo ahí? Díganle algo, no mamen, pero no suban su foto a Snapchat con onditas de mal olor dibujadas. ¿Leyeron una noticia con la que no están de acuerdo? Léanla bien, bien. No solo el título ni la portada, denle click y léanla toda, también aguanten dos segundos antes de descargar su odio. ¿Por qué se están encabronando? ¿Porque Trump fue la persona del año en Time? Ok, díganme de quién se habló más este año. También, entiendo que verlo nos causa repulsión y ganas patearle el culo pero “Persona del año” no significa “Mejor persona del año”, ojo ahí. Entonces, ya lo leyeron y lo leyeron bien, ¿siguen sin estar de acuerdo? Ok, ¿qué ganan diciendo que es una mierda de artículo? Mejor espérense a encontrarse con alguien que también lo haya leído y discutan juntos. ¿Tráfico para su casa? Ya pasamos por esto.  Llegaron y solo quieren tirarse a ver Netflix o pendejear en internet pero falla el 4G o el WiFi, no hay pedo, agarren un libro, saquen al perro, hagan ejercicio, dibujen, escriban, mediten, fajen, cojan, tírense a no hacer absolutamente nada en la cama, hagan yoga, salgan a caminar, ganen discusiones que jamás tendrán en la vida real o preparen discursos que nunca darán y ensayen lo que le van a decir al amor de su vida cuando lo vean.

Nada de esto es fácil, no soy pendejo, pero en serio, la próxima vez que decidan mentar madres de lo que sea en línea, solo respiren un leve y piensen “¿qué gano con esto?”.

Y ya, un día es todo lo que pido.  Ya que pase todos podemos regresar a pelearnos con desconocidos en los comentarios de Youtube, corregir typos en 9Gag y trolear gente en Twitter porque no entendimos el chiste.

Los amo a todos.

PD

Entiendo que de cierta forma todo lo que acabo de escribir es una queja pero pues pito. 

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Comí algo rico y me acordé de ti.

Vi una película y pensé en ti.
Vi unos tenis y me acordé de ti.
Vi un tatuaje y pensé en ti.

Hay miles de detonadores que causan que una persona aparezca de la nada en nuestra mente. Algunos son recuerdos, como pasar por el pasillo de perfumería en el Palacio de Hierro y de repente oler a tu ex. Escuchar una canción y ponerte triste o tomar el libro favorito de tu abuelo y sentir que es él quien te lo está leyendo. Otros son actos de cariño genuino como estar en el cine y pensar "Esta película le mamaría a...".

Pasa con muchas cosas pero sólo pasa con tanto amor cuando se trata de comida.

Estar comiendo algo nuevo, delicioso y pausar ese deleite de todo lo bueno que está pasando en tu boca para pensar en otra persona es algo cabrón. La comida siempre es para ti, sí, puedes compartir, pero lo que pasa en tu boca es sólo para ti. Tomar ese momento tan íntimo y egoísta para agregar alguien más a la ecuación es saber que realmente amas a la otra persona. Puede ser tu novia, amigo, prima, papá, quién sea, el simple hecho de pasar de pensar "Qué rico." a "Uf, esto le encantaría a..." es lo que importa.

La comida es algo bien cabrón. Para aquellos que disfrutamos muchísimo comer y comer rico, un buen taco puede alegrar un día que estuvo del carajo y una mala hamburguesa hacer que todo valga madres.  La comida no sólo es "quitarnos el hambre", también afecta el animo y no sé ustedes, pero pocas cosas me ponen tan de malas como comer mal. Ser así y querer que alguien más experimente la misma felicidad que estás viviendo al comer lo que sea que estés comiendo te hace una gran persona y convierte a quien esté en tu mente en alguien muy afortunado.

Así que la próxima vez que estén comiendo y piensen en alguien por lo mucho que le pueda gustar ese platillo, díganselo. Si se lo dicen a ustedes, considérense queridos. Y si es un lugar que a los dos les encantó, pásenme el dato.




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Cuatro años tarde.